Después de haber anunciado la 10ª plaga, la cual mataría a todo primogénito en la tierra de Egipto, el SEÑOR proveyó un medio por el cual los primogénitos de Israel pudieran ser salvos. Un cordero de un año y sin mancha debería ser matado y su sangre rociada en el lintel y los postes de cada casa. La Pascua fue el medio por el cual el SEÑOR salvó al pueblo de Su propio juicio, pero también es una celebración que el SEÑOR quería que recordaran por las siguientes generaciones. Cristo es nuestra Pascua, ya que Él es el medio por el cual somos salvos del juicio de Dios y por el cual somos liberados de la esclavitud al pecado. El SEÑOR quiere que recordemos de dónde nos sacó y para quien nos salvó, esto es para Su gloria.